Un atentado con bomba, presuntamente cometido por una terrorista suicida, sacudió la tarde de este domingo la concurrida avenida Istiklal en el centro de Estambul. Cuatro personas fallecieron en el lugar de los hechos y otras dos tras ser trasladadas al hospital, mientras que 81 personas resultaron heridas, de las cuales dos se encuentran ingresadas en estado muy grave. En una comparecencia ante la prensa, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, prometió que su Gobierno esclarecerá este ataque “vil” y “traidor”, y que la policía está trabajando en “atrapar a los culpables”.
Un vídeo publicado en Twitter muestra, desde la lejanía, el momento del incidente, que ocurrió a las 16:20 hora local (dos horas menos en la España peninsular). Tras la explosión, la deflagración se eleva varios metros sobre la multitud que en esos momentos transitaba por esta importante arteria comercial peatonal, muy visitada por los turistas y especialmente concurrida los fines de semana. Inmediatamente, se comenzaron a escuchar gritos y los presentes huyeron despavoridos.
El vicepresidente turco, Fuat Oktay, explicó a la prensa que los investigadores trabajan con la hipótesis de una terrorista suicida. “En estos momentos los indicios apuntan a que la atacante era una mujer, que cometió esta acción terrorista. La investigación continúa examinando todas las cámaras de seguridad y entrevistando a los testigos”, explicó el vicepresidente. Un vídeo de una cámara de seguridad al que ha tenido acceso EL PAÍS, pero cuya procedencia no ha podido confirmar, capta el instante de la detonación en un lugar especialmente concurrido de la avenida, que parece proceder o bien de un macetero o de una persona que pasa por ahí en ese momento.
Las televisiones turcas aseguraron que hay numerosos heridos y en algunas de las imágenes se perciben cuerpos tendidos en el suelo aparentemente sin vida. En vídeos grabados por testigos de los hechos y publicados en las redes sociales, se aprecian más de una decena de cuerpos tumbados en el pavimento, algunos siendo atendidos por otros viandantes, además de personas heridas cubiertas de sangre.
Numerosas ambulancias se desplazaron a la avenida Istiklal para atender a los heridos, que fueron evacuados a los hospitales de la zona. Numerosas unidades de policía, incluidos de la brigada antiterrorista, acudieron en vehículos blindados y acordonaron la avenida, que ha quedado cerrada a los viandantes mientras se llevan a cabo las primeras pesquisas. También se desalojó el cercano estadio del club de fútbol Besiktas cuando ya se habían abierto las puertas para dar paso a los espectadores y se suspendió el partido que se iba a disputar en la tarde. La cadena Habertürk explicó que también han sido desplazados artificieros por temor a una segunda explosión. El Ministerio de Justicia ha destacado a ocho fiscales para llevar la investigación.
Aún no se ha hecho pública la identidad o nacionalidad de las víctimas, aunque información policial apunta a que no hay extranjeros entre los fallecidos, pero sí entre los heridos. De acuerdo con la información de que disponen la Embajada y el Consulado General de España, no hay muertos de nacionalidad española y, por el momento, se cree que tampoco heridos.
Apenas una hora después de la explosión, el Consejo Superior de Radiotelevisión (RTÜK) publicó una orden en la que se prohíbe a los medios locales dar imágenes del atentado o los heridos, así como informar sobre la investigación, las causas y el arresto de sospechosos “fuera de las declaraciones hechas por instituciones oficiales”. Esta medida se ha hecho muy común en la última década cada vez que en Turquía ocurría un hecho polémico, como atentados o accidentes graves. También se han registrado bloqueos parciales y lentitud de funcionamiento en numerosas plataformas como Twitter, YouTube o Instagram. La agencia encargada de ello confirmó que había decretado una ralentización de la velocidad de estas redes sociales para evitar la difusión de información falsa.
Turquía tiene una larga y trágica experiencia en la lucha contra diversos grupos terroristas, tanto islamistas, como kurdos o de extrema izquierda. En este caso, todavía no se ha dado información sobre los presuntos responsables del atentado, y tampoco ninguna organización ha reivindicado la autoría. Si bien, dado el modus operandi, el atentado apunta a grupos yihadistas. De hecho, no es la primera vez que la misma avenida Istiklal sufre un ataque similar. En marzo de 2016, un militante de Estado Islámico se hizo explotar en la misma vía, matando a cuatro turistas e hiriendo a 36. También en esta zona se registraron la mayoría de la serie de ataques con camiones explosivos perpetrados por Al Qaeda los días 15 y 20 de noviembre de 2003, que dejaron 55 muertos y más de 700 heridos.
En este caso, todos los partidos políticos presentes en el parlamento se han unido en la condena, incluido el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), al que habitualmente se acusa de vínculos con el grupo armado kurdo PKK.
(Con información de El País)