El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, alertó de que una posible detención en agosto durante la cumbre del grupo de economías emergentes BRICS de su homólogo ruso, Vladímir Putin, sobre el que pesa una orden de arresto internacional, sería una «declaración de guerra«.
«Rusia ha dejado claro que arrestar a su presidente en ejercicio sería una declaración de guerra. Sería contrario a nuestra Constitución arriesgarse a entrar en guerra con Rusia», dijo Ramaphosa, según una declaración hasta ahora confidencial y hecha pública hoy -contra la voluntad del jefe de Estado- por el Tribunal Superior de Gauteng (norte).
El presidente señaló que asumir ese riesgo sería «un ejercicio temerario, inconstitucional e ilegal de los poderes conferidos al Gobierno».
«Tengo obligaciones constitucionales de proteger la soberanía nacional, la paz y la seguridad de la República y de respetar, proteger, promover y satisfacer los derechos a la vida, la seguridad y la protección del pueblo de la República», añadió Ramaphosa, según recogen medios locales.
Esta fue la respuesta presidencial a la demanda presentada ante la mencionada corte por la Alianza Democrática (AD), principal partido de la oposición en Sudáfrica, para conseguir una «orden declaratoria» que garantice la detención de Putin.
Sudáfrica se encuentra en el punto de mira tras confirmar el pasado mes de marzo que invitó al presidente ruso a participar en la cumbre de los BRICS pese a la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra él por presuntos crímenes de guerra tras la invasión de Ucrania.
Como Estado miembro de la CPI, Sudáfrica, que acogerá la cumbre del bloque entre el 22 y el 24 de agosto en Johannesburgo, está obligada a cooperar en el arresto de Putin, pero Pretoria no ha revelado hasta el momento cómo procederá si el mandatario ruso aterriza en su territorio.
En su declaración, Ramaphosa reveló que el Gobierno sudafricano ya ha iniciado los procedimientos previstos en el artículo 97 del Estatuto de Roma -tratado fundacional del tribunal- que permite consultar a la CPI si se detecta un problema para ejecutar una de sus órdenes.
Asimismo, el presidente sudafricano subrayó que «no se ha tomado una decisión final de que, efectivamente, (Putin) vendrá a Sudáfrica», al afirmar que no existe pues «causa legal» de momento para emitir la orden solicitada por la AD.
El caso se discutirá en una audiencia pública el próximo viernes.
A finales de mayo, el ministerio de Exteriores sudafricano emitió una orden para garantizar la inmunidad diplomática de los asistentes a la cumbre, lo que podría abrir el camino a la presencia del mandatario ruso.
Ante el revuelo causado, sin embargo, el portavoz de la Cartera de Exteriores, Clayson Monyela, señaló que «estas inmunidades no anulan ninguna orden judicial que pueda haber emitido un tribunal internacional contra cualquier asistente a la conferencia».
Sudáfrica asegura haber adoptado una postura neutral sobre la guerra de Rusia contra Ucrania, y ha pedido diálogo y diplomacia para resolver el conflicto.
Esta posición no está sólo vinculada al papel estratégico, político y económico que Moscú tiene en algunos países de África, sino también a motivos históricos como el apoyo ruso a los movimientos anticoloniales y de liberación del siglo XX, como la lucha contra el régimen segregacionista del «apartheid».
Brasil, Rusia, la India y China crearon en 2006 el grupo BRIC, al que se unió Sudáfrica en 2010, lo que añadió al acrónimo la letra S.
(Con información de El Universal)