El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se llevó todos los focos de la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada este sábado en Palacio Nacional, que fue convocada por México en su calidad de presidente pro témpore del organismo, y que logró varios consensos por unanimidad en distintos temas que van desde las vacunas contra la covid-19, el desarrollo económico, un fondo para desastres naturales y la agencia latinoamericana del espacio.
El sucesor de Hugo Chávez, como el representante del bolivarianismo con las credenciales de haber sido uno de sus más incondicionales colaboradores en 20 años, se convirtió en el protagonista del encuentro que reunió a 17 jefes de Estado desde su intempestiva llegada el viernes por la noche a última hora y sin haber confirmado su asistencia.
Aunque ayer en la noche salió de la Base Aérea Militar No. 19 en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, que incluyó una caravana con una treintena de camionetas de lujo y vehículos blindados, además de patrullas y ambulancias, esta mañana –en un gesto contradictorio– llegó a Palacio Nacional manejando una camioneta, más austera que las usadas en el operativo de su arribo a Ciudad de México, con el embajador de Venezuela en México, Francisco Arias Cárdenas, como pasajero.
“En México, llegando temprano al Zócalo, 7: 25 horas, a la cumbre, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, ¡Esto es una belleza! Lo tienen así bello, por las celebraciones que ha tenido México, el gran desfile que tuvieron en estos días aquí en el Zócalo, y vamos llegando al Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo para la cumbre”, relató en un video que lo retrató mientras manejaba por Plaza de la Constitución a la altura del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Mientras el presidente de Venezuela manejaba el vehículo de la comitiva oficial, tan sólo en mangas de camisa, el embajador Arias saludaba a la cámara cómodamente sentado en el asiento trasero de la camioneta con una sonrisa.
“Aquí va Arias acompañándonos también, mira, el embajador, ¡Flamante embajador en México! México, México…No dormimos ni una hora, llegamos, hablando, trabajando, descansandito, y ya, directo a la cumbre, pendiente de la cumbre”, dijo Maduro volteando a ver a la cámara y dejando de ver al frente mientras el vehículo seguía en marcha, para después cortar el clip de menos de un minuto de duración.
La escena de Maduro manejando, subida a sus redes sociales sin tapujos, hizo ecos propagandísticos de su pasado cuando trabajó como chofer de autobuses del Metro de Caracas en los años 90, donde comenzó su meteórica carrera política tras convertirse en un destacado líder sindical que se acercó al chavismo y se convirtió en el canciller más joven de la era Chávez.
Pasado del que, constantemente, ha hecho alarde cuando es tiempo electoral, ya que incluso, ha sido habitual verle llegar a los distintos actos de campaña conduciendo un autobús como el que conducía antes de transformarse en político.
En noviembre, por cierto, Venezuela va a las urnas para renovar los cargos Ejecutivos y Legislativos de las 23 entidades federales, así como el de los 335 municipios del país.
Llegada de Nicolás Maduro a Palacio Nacional
A Palacio Nacional entró ya de saco y corbata, haciendo bromas con el personal de seguridad, sonriendo y saludando ante las cámaras de la prensa. “Buenas tardes, señor”, dijo uno de los funcionarios públicos enviados a recibirle que finalmente lo condujo al salón de la Tesorería, donde se desarrolló la cumbre.
La mesa dispuesta en forma rectangular, con él en la cabecera enfrentada a donde se sentaron el presidente Andrés Manuel López Obrador y el canciller, Marcelo Ebrard, se convirtió en un ring al poco tiempo de iniciar la cumbre.
Fueron los presidentes de Paraguay y Uruguay, Mario Abdo Benítez y Luis Lacalle, respectivamente, los encargados de confrontarlo y cuestionar su presencia en la reunión. En respuesta, Maduro los retó a un debate sobre democracia.
«Mi presencia en esta cumbre, en ningún sentido ni circunstancia, representa el reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno y creo que es de caballeros decirlo de frente», dijo durante su intervención Abdo Benítez.
Mientras que Lacalle sostuvo que su participación en la cumbre de este sábado dónde se definen las políticas públicas del continente para los próximos meses no significa ser complaciente con el actuar de los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
«Participar en este foro, no significa ser complaciente, señor Presidente (López Obrador), cuando uno ve que en determinados países no hay una democracia plena, cuando no se respeta la separación de poderes, cuando desde del poder se usa el aparato represor para callar las protestas, cuando se encarcelan opositores, cuando no se respetan los derechos humanos, nosotros, en esta voz tranquila pero firme, debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela», subrayó.
«Nosotros creemos profundamente en el diálogo de diversos, y yo le digo al presidente de Paraguay, ponga usted la fecha, hora y lugar para un debate en Paraguay, en Venezuela y en América Latina y estamos listos para darlo», respondió Maduro primero a Abdo Benítez.
Después, el heredero de Chávez, hizo extensivo su reto a un debate también al presidente de Uruguay, Luis Lacalle, e incluso pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador servir como mediador.
«Ponga usted, presidente Lacalle, la fecha, el lugar para un debate, o ponga usted presidente López Obrador, y Venezuela está lista para debatir de democracia, de libertades, de resistencia, de revolución y de lo que haya que debatir, de neoliberalismo. De cara a los pueblos, en transmisión en vivo y directo, en privado, como ustedes quieran, con respeto, sin exclusiones», agregó.
Al filo de las 11:00 horas, sin mediar explicaciones, Abdo Benítez abandonó el salón de la Tesorería mientras aún se desarrollaba la cumbre y había una larga lista de jefes de Estado que aún no habían dado su discurso ante el pleno.
Salió de Palacio Nacional para abordar una camioneta que ya lo esperaba acompañada de escoltas y elementos de tránsito que le abrieron paso a la comitiva. Fuentes diplomáticas, posteriormente, confirmaron que su retirada se debía a temas de agenda.
El que sí se quedó hasta el final fue el presidente de Uruguay, Luis Lacalle, que, de hecho, en uno de esos momentos que regalan las cumbres diplomáticas de alto nivel, le tocó pararse a un lado de Maduro en la foto oficial, en donde, por cierto se ve a los dos muy sonrientes en la segunda fila, justo detrás del presidente López Obrador y el presidente de Bolivia, Luis Arce.