Con el hermetismo y la elocuencia que la caracteriza, Maribel Guardia responde a los cuestionamientos en torno al supuesto romance que sostiene su nuera, Imelda Tuñón, pues se trataría del primer hombre con el que la joven es vista públicamente desde que su hijo, Julián Figueroa, murió.
La actriz fue captada por «Ventaneando» a su salida del «Centro Cultural Teatro II», donde se realiza la puesta en escena «Lagunilla mi barrio». Maribel hizo frente a las preguntas relacionadas a la vida privada de Ime, su nuera, quien fue vista tomada de la mano de un hombre, el pasado jueves, en su arribo al estreno de la obra «Aventurera».
Guardia no negó que ver a la joven reanudar su vida, tras el fallecimiento de Julián, le resulta complicado, pero es realista, pues sabe que tarde o temprano, Imelda volverá a enamorarse.
«Seguramente que la verán con varios porque es una mujer soltera, no es que a mí me encante, ¿verdad?», indicó.
Maribel es consciente de que Tuñón quedó viuda a muy corta edad, por lo que siempre tuvo claro que, algún día, volvería a darse otra oportunidad en el amor.
«Entiendo que es una mujer libre, que es una mujer muy guapa y joven, que tiene que hacer una vida y continuar», dijo.
Cabe resaltar que Tuñón aclaró que el hombre con que fue vista no es su pareja pero, aún así, la actriz sabe que llegará el día en que elija con quién compartir su vida, por lo que desea que, cuando ese momento llegue, sea con el hombre correcto, pues le preocupa el futuro de su nieto, el pequeño José Julián.
«Algún día aparecerá uno que sí sea de verdad, ni modo, la vida continúa, es difícil para mí, claro… por supuesto, pero entiendo perfectamente que ella tiene que hacer su vida, lo que le pide a Dios es que le depare un buen hombre porque, el hombre que le toque, le va tocar a mi nieto también», destacó.
De hecho, confió que Ime es a la primera persona a la que le pide a la Virgen en sus oraciones, pues se trata de la madre de su nieto, el ser más cercano que le queda de su hijo.
«Cuando estoy rezándole a la virgen, siempre que me hinco y, créemelo, que por la primera persona por la que pido es por Imelda, pidiéndole a Dios que la cuide, que la proteja, que si un día le pone un hombre, sea un hombre bueno».
(Con información de El Universal)