La inflación es una «bomba de tiempo» mundial que podría conducir en los próximos años a una crisis con efectos «devastadores», aseveran en un nuevo pronóstico economistas del Deutsche Bank, que advierten que centrarse en los estímulos y descartar los temores inflacionistas resultará un error, si no en el corto plazo, sí para 2023 y más allá.
El análisis aborda especialmente la Reserva Federal de EE.UU. y su plan de tolerar una mayor inflación en aras de una recuperación completa e inclusiva tras la pandemia. La institución germana considera que la intención de la Fed de no endurecer su política hasta que la inflación muestre un aumento sostenido tendrá impactos nefastos.
«Una cadena de dificultades financieras en todo el mundo»
«La consecuencia de la demora será una interrupción de la actividad económica y financiera mayor para cuando la Fed finalmente actúe», sostienen el economista jefe del Deutsche Bank, David Folkerts-Landau, y sus coautores. Los analistas alertan que esto, a su vez, «podría crear una recesión significativa y desencadenar una cadena de dificultades financieras en todo el mundo, particularmente en los mercados emergentes».
Indicadores como los índices de precios para el consumidor en gastos de consumo personal están en EE.UU. muy por encima del límite de inflación de 2 % planteado por la Fed. Sin embargo, los reguladores estadounidenses argumentan que el actual aumento inflacionario es temporal y disminuirá una vez que desaparezcan las interrupciones de suministros y los efectos básicos de los primeros meses de la crisis pandémica del coronavirus, recoge CNBC.
El equipo del afamado banco alemán, por su parte, predice que los agresivos estímulos y otros cambios económicos fundamentales llevarán a una inflación que la Fed no estará preparada para abordar.
«Puede que tarde un año más, hasta 2023, pero la inflación volverá a surgir. Y si bien es admirable que esta paciencia se deba al hecho de que las prioridades de la Fed se estén desplazando hacia objetivos sociales, descuidar la inflación deja a las economías globales sobre una bomba de tiempo«, vaticina Folkerts-Landau, para concluir que «los efectos podrían ser devastadores, especialmente para los más vulnerables de la sociedad».