Autoridades de Guanajuato y San Luis Potosí han informado del rescate, este jueves, de 35 migrantes en una zona desértica del norte de San Luis, cerca de Matehuala. Entre los 35 rescatados estarían las 23 personas reportadas como desaparecidas el martes en Guanajuato. Entonces, la empresa que había alquilado las camionetas a estas 23 personas, denunció que les había perdido el rastro en la zona norte de San Luis, cerca de Matehuala.
Parece que así acaba la gran confusión de las últimas horas en México. Ante la denuncia de la desaparición de los 23 el martes, los gobiernos de Guanajuato y San Luis Potosí movilizaron a policías e investigadores para tratar de dar con ellos. El miércoles, Guanajuato mandó dos helicópteros equipados con rayos infrarrojos a San Luis.
Para entonces, solo se sabía que había 23 desaparecidos y que uno de ellos se había puesto en contacto con la empresa arrendadora, contando que estaban todos secuestrados. Uno de los dueños de la empresa señaló su extrañeza, porque esta persona había llamado muchas veces, entre martes y miércoles, pese a estar supuestamente secuestrado, contando que los captores pedían 60.000 pesos por cada uno de ellos.
A la vez, las autoridades de San Luis informaron el miércoles del rescate de 16 personas que “deambulaban” en una carretera cerca de Matehuala. La Fiscalía informó entonces de que los 16 serían parte de los 23 desaparecidos de Guanajuato, supuestamente originarios de la localidad de San Felipe. Horas más tarde, la dependencia señaló que en realidad los 16 eran otras personas, que habían salido del Estado de México, y habían sufrido un asalto poco antes en la zona.
Este jueves, el caso ha dado nuevo giro, al conocerse que los 23 eran parte en realidad de un contingente migrante. Las autoridades no han informado todavía sobre la identidad de los 35 o los 23, pero la Secretaría de Seguridad Pública de Guanajuato ha señalado que se trata de migrantes. Así, los 23 desaparecidos no serían vecinos de San Felipe, sino viajeros de Honduras, Venezuela y otros países que buscan el norte, según han informado varios medios este jueves.
Sea como sea, la desaparición de los 23 migrantes enlaza con la gran tragedia de los últimos años en México, la muerte hace dos semanas de 40 migrantes, en un incendio en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (Inami), en Ciudad Juárez, en el Estado de Chihuahua. La desidia de los vigilantes, que no quisieron o no supieron abrir la celda en la que estaban encerrados los migrantes, ha puesto en el punto de mira la política migratoria del Gobierno, que defiende, frente a la prensa y la sociedad, un discurso de respeto a los derechos humanos.
Este jueves por la tarde, la Fiscalía de San Luis ha dado detalles sobre el rescate. “En información preliminar, fue posible rescatar a personas que mantenían cautivas un grupo de infractores. Al tiempo, fueron aseguradas cinco camionetas y una serie de armas que están ya puestas a disposición de las autoridades locales y federales. Hasta donde se ha podido esclarecer, la gran mayoría de estas víctimas se encontraban siendo transportadas por situación de migración laboral, lo cual podría ser confirmado luego de las entrevistas con los agraviados”.
Varios medios han señalado que los conductores de los 23 reportados como desaparecidos el martes serían parte de la red de traficantes de personas, que transportaban al grupo de 35 a la frontera, situación que las autoridades no han confirmado. Lo anterior contrasta con las entrevistas que ha dado uno de los responsables de la empresa, Adrián González, en varios medios desde el martes.
González ha señalado que 21 personas rentaron la camionetas para ir de San Felipe a Saltillo. Dos conductores les acompañaban. En la madrugada del martes, notó que las camionetas se quedaron quietas cerca de Matehuala. Luego empezaron las llamadas de una de las personas del grupo que había rentado las camionetas, diciendo que estaban secuestrados y que los captores pedían 60.000 pesos por cada uno, para liberarlos.
(Con información del País)