La Cámara de Representantes ordenó este miércoles parar el baile de TikTok en Estados Unidos si ByteDance, la empresa propietaria de la red social china de vídeos, no se aviene a venderla. La aprobación de un proyecto de ley que podría acabar prohibiendo la distribución de la aplicación obtuvo un contundente respaldo en una votación con 352 votos a favor y 65 en contra (15 republicanos y 50 demócratas).
El desafío del Congreso estadounidense a China se enmarca en las crecientes tensiones entre Washington y Pekín por el control de la tecnología y por los temores de que la plataforma pueda amenazar la seguridad nacional y ser empleada para operaciones de espionaje o de manipulación de la opinión pública. China, a través del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Wang Wenbin, ha advertido de que se tomaría una prohibición de la red social como un “acto de matonismo”.
El destino de la ley votada este miércoles por la vía rápida y sin apenas debate en la Cámara de Representantes es incierto. Tendrá que ser aprobada en el Senado, donde es necesaria una mayoría cualificada de 60 sobre 100, e iniciativas anteriores para poner coto a TikTok no consiguieron salir adelante. Una votación tan contundente en la Cámara de Representantes eleva, con todo, la presión sobre los senadores para apoyar una medida ciertamente impopular entre los 170 millones de usuarios estadounidenses de la plataforma (más de la mitad del país) y que provoca un gran rechazo entre los jóvenes.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, aún no se ha comprometido a promover una votación y varios legisladores han advertido ya de que quieren celebrar audiencias sobre el tema antes de tomar una decisión. También han expresado su preocupación por que la prohibición suponga un ataque a la primera enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de expresión.
“Aplicaciones como TikTok permiten al Partido Comunista chino enviar contenido dañino a nuestros jóvenes y recopilar datos de ubicación, hábitos de compra, contactos y otras informaciones y datos confidenciales de los estadounidenses. La votación bipartidista de hoy demuestra la oposición de la Cámara de Representantes a los intentos de la China comunista de espionaje y manipulación, y señala nuestra determinación de disuadir a nuestros enemigos”, dijo Mike Johnson, presidente de la institución, en un comunicado. “Insto al Senado a aprobar este proyecto de ley y enviarlo al presidente para que pueda promulgarlo y convertirlo en ley”, añadió.
Joe Biden ha advertido de que si recibe esa norma no ejercerá su poder presidencial para vetarla, y la firmará, aunque eso le pueda pasar factura entre los votantes jóvenes en las elecciones de noviembre. Curiosamente, su campaña ha estado trabajando en aumentar la penetración de sus mensajes y de su imagen en la red social, con vistas a la reelección.
Si todos los trámites se cumplen, ByteDance tendría seis meses para vender TikTok. Si no, la plataforma de vídeos sería finalmente prohibida. Los congresistas recibieron el martes información clasificada en una sesión a puerta cerrada sobre los riesgos que esta representa para la seguridad nacional. Y temen que China ejerza su prerrogativa de obligar a ByteDance a compartir los datos de los usuarios de TikTok, y que estos se empleen para identificar objetivos sensibles de inteligencia o para armar campañas de desinformación, que podrían influir en las urnas. En una audiencia celebrada el lunes en el Senado, Christopher Wray, director del FBI, y Avril Haines, de la CIA, estuvieron de acuerdo en que esas amenazas eran “reales”.
El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, se preguntó, por su parte, el martes: “¿Queremos que TikTok sea propiedad de una empresa estadounidense o de China? ¿Queremos [tener control sobre] los datos de TikTok, los datos de los niños, los datos de los adultos? ¿Que se queden aquí en Estados Unidos o que acaben China? Esa es la cuestión fundamental que se debate aquí y el presidente tiene clara su postura”, dijo.
Los intentos de poner coto a TikTok en Estados Unidos se remontan a la Administración de Donald Trump, que se sirvió de varias órdenes ejecutivas para intentar obligar a las tiendas de aplicaciones a no ofrecerla y forzar así a ByteDance a desgajar el negocio de la empresa en este país. La iniciativa, impedida en los tribunales, no salió adelante, pero forzó negociaciones, aún abiertas, entre Washington y la red social, que cedió en parte a la presión y acordó almacenar los datos de los usuarios estadounidenses en servidores controlados por el gigante tecnológico Oracle.
Trump dio el lunes la impresión de haber cambiado de idea, cuando pidió a los representantes de su partido que votarán en contra este miércoles. Dijo que la desaparición de TikTok “volverá locos a los jóvenes”, y advirtió de que eso ayudaría a la competidora Meta, dueña de Facebook, WhatsApp e Instagram, que el expresidente definió como “el enemigo del pueblo”. Pese a su férrea influencia sobre la formación conservadora, esa petición no ha surtido efecto.
Tras conocerse la votación de este miércoles, TikTok difundió un comunicado en el que considera la medida como un ataque a la libertad de expresión en Estados Unidos y critica que la tramitación de la ley se hiciera a puerta cerrada y por la vía rápida. “Tenemos la esperanza de que el Senado tenga en cuenta todos los hechos, que escuche a sus electores y se dé cuenta del impacto en la economía, en siete millones de pequeñas empresas y en los 170 millones de estadounidenses que utilizan nuestro servicio”, dice el comunicado.
El uso de TikTok se ha restringido en los teléfonos y tabletas de funcionarios de la Administración en varios países, que alegaron su preocupación por la seguridad nacional. Además de Estados Unidos, el Reino Unido, Bélgica, Canadá o Nueva Zelanda han adoptado medidas parecidas. Tampoco la pueden descargar los empleados de la Comisión y el Consejo europeos y de la OTAN.
La sola idea de que la enormemente popular plataforma de vídeos pueda desaparecer hizo que muchos estadounidenses llamaran a sus representantes en los últimos días para tratar de convencerlos de la importancia en sus vidas de TikTok, una red social en la que se conectan con otros usuarios, se informan, se entretienen, hacen negocios y que también se ha convertido en el modo de vida para esos miles de usuarios que se hacen llamar “creadores de contenidos”. Los legisladores también recibieron presiones antes de la votación a través de la propia red social de vídeos.
El del Capitolio no es el único frente abierto para TikTok en Estados Unidos, donde tiene un pleito pendiente con la multinacional discográfica más poderosa, Universal Music, dueña de un tercio de la música mundial, por los derechos de autor y la política de la empresa china con el uso de la inteligencia artificial. Universal ha retirado su repertorio de la plataforma, pese a que esta se ha convertido en una herramienta indispensable para la promoción de éxitos, sobre todo, entre los más jóvenes.
(Con información de El País)