Estados Unidos despachará hasta mil 500 soldados en servicio activo a la frontera sur en los próximos días, anunciaron este miércoles funcionarios del gobierno, poniendo en marcha planes detallados en las órdenes ejecutivas que firmó el presidente Donald Trump poco después de asumir el cargo para intensificar el control de la migración.
Se espera que el secretario de Defensa en funciones, Robert Salesses, firme las órdenes de despliegue el miércoles, pero no queda claro por ahora qué efectivos o unidades irán, y la cifra podría fluctuar. Queda por ver si los militares terminarán aplicando leyes, lo que los pondría en un rol totalmente nuevo.
Los funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque el anuncio aún no se ha hecho.
Se espera que las fuerzas se utilicen para apoyar a los agentes de la patrulla fronteriza, con logística, transporte y construcción de barreras. Han realizado funciones similares en el pasado, cuando tanto Trump como el ex presidente Joe Biden enviaron tropas en activo a la frontera.
Las tropas están prohibidas por ley de realizar funciones de aplicación de la ley en la frontera, pero eso podría cambiar. Trump ha ordenado mediante orden ejecutiva que el próximo secretario de Defensa y el próximo jefe de Seguridad Nacional informen dentro de 90 días si creen que una ley de 1807, llamada Ley contra la Insurrección, debería ser invocada. Eso permitiría que esos soldados se usen en la aplicación de la ley civil en suelo estadunidense.
El despliegue ampliamente esperado, que ocurrió en la primera semana de Trump en el cargo, fue un paso temprano en su plan largamente anunciado para expandir el uso del ejército a lo largo de la frontera. En una de sus primeras órdenes el lunes, Trump pidió al secretario de Defensa elaborar un plan para “sellar las fronteras” y repeler la “migración masiva ilegal”.
El martes, cuando Trump despidió a la comandante de la Guardia Costera, la almirante Linda Fagan, el servicio anunció que estaba despachando más barcos, aviones y personal al “Golfo de Estados Unidos” — otro guiño a la directiva del presidente de renombrar el Golfo de México.
Trump dijo durante su discurso inaugural el lunes que “declararé una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Todo ingreso ilegal será detenido inmediatamente, y comenzaremos el proceso de devolver millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de los que vinieron”.
En su primer mandato, Trump también ordenó tropas en activo a la frontera para ayudar al Departamento de Seguridad Nacional y a los agentes de control fronterizo, en respuesta a una caravana de migrantes que lentamente se abría paso por México hacia Estados Unidos en 2018.
En órdenes ejecutivas firmadas el lunes, Trump sugirió que el ejército ayudaría al Departamento de Seguridad Nacional con “espacio de detención, transporte (incluidos aviones) y otros servicios logísticos”.
Los militares estadunidenses no pueden realizar funciones de aplicación de la ley bajo la Ley Posse Comitatus, una ley federal del siglo XIX. Por lo tanto, no pueden arrestar ni detener a personas en la frontera, a menos que el presidente actúe para invocar la Ley contra la Insurrección.
La Ley contra la Insurrección permite a los presidentes llamar a unidades militares de reserva o en activo para responder a disturbios en los estados, una autoridad que no es revisable por los tribunales.
Durante el despliegue de 2018, más de 7 mil soldados en activo fueron enviados a Texas, Arizona y California, incluyendo policía militar, un batallón de helicópteros de asalto, diversas unidades de comunicaciones, médicas y de cuarteles generales, ingenieros de combate, planificadores y unidades de asuntos públicos.
En ese momento, el Pentágono insistió en que los soldados en activo no realizarían funciones de aplicación de la ley. Por lo tanto, pasaron gran parte de su tiempo transportando a los agentes de la patrulla fronteriza hacia y a lo largo de la frontera, ayudándoles a erigir barreras adicionales para vehículos y cercas a lo largo de la frontera, asistiéndoles con comunicaciones y proporcionando cierta seguridad para campamentos de agentes fronterizos.
El ejército también proporcionó a los agentes de la patrulla fronteriza atención médica, comidas pre empaquetadas y vivienda temporal.
Normalmente, en despliegues a la frontera en apoyo al Departamento de Seguridad Nacional, los funcionarios del Pentágono solicitan detalles específicos del departamento sobre qué necesita ser realizado, y los líderes militares luego deciden qué tropas deben ir y cuántas.
(Con información de Jornada)