El límite de precios del Grupo de los Siete sobre el petróleo ruso transportado por mar entró en vigor el lunes, mientras Occidente intenta limitar la capacidad de Moscú para financiar su guerra en Ucrania.
El límite de precios del Grupo de los Siete sobre el petróleo ruso transportado por mar entró en vigor el lunes, mientras Occidente intenta limitar la capacidad de Moscú para financiar su guerra en Ucrania, pero Rusia ha dicho que no acatará la medida aunque tenga que reducir la producción.
El tope de precios, que será aplicado por el G7, la Unión Europea y Australia, se suma al embargo de la UE a las importaciones de crudo ruso por vía marítima y a las promesas similares de Estados Unidos, Canadá, Japón y Reino Unido.
Permite el envío de petróleo ruso a terceros países utilizando buques cisterna del G7 y la UE, compañías de seguros e instituciones de crédito, sólo si el cargamento se compra al precio máximo o por debajo del mismo.
Dado que las principales compañías navieras y aseguradoras del mundo tienen su sede en los países del G7, el tope podría dificultar a Moscú la venta de su petróleo a un precio más alto.
Rusia, el segundo mayor exportador de petróleo del mundo, dijo el domingo que no aceptaría el tope y que no vendería petróleo sujeto a él, aunque tuviera que reducir la producción.
La venta de petróleo y gas a Europa ha sido una de las principales fuentes de ingresos de divisas rusas desde que los geólogos soviéticos encontraron petróleo y gas en los pantanos de Siberia en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Una fuente que pidió no ser identificada debido a lo delicado de la situación dijo a Reuters que se estaba preparando un decreto para prohibir a las empresas y comerciantes rusos interactuar con los países y las empresas que acaten el tope.
En esencia, dicho decreto prohibiría la exportación de petróleo y productos petrolíferos a los países y empresas que lo apliquen.
Aun así, con el tope de precios fijado en 60 dólares por barril, no muy por debajo del nivel de 67 dólares con el que cerró el viernes, la UE y los países del G7 esperan que Rusia siga teniendo un incentivo para seguir vendiendo petróleo a ese precio, aunque aceptando menores beneficios.
La UE y el G7 revisarán el nivel del tope cada dos meses, y la primera revisión será a mediados de enero.
Esta revisión deberá tener en cuenta (…) la eficacia de la medida, su aplicación, la adhesión y el alineamiento internacionales, el impacto potencial en los miembros y socios de la coalición y la evolución del mercado», dijo la Comisión Europea.
Al límite del precio del crudo le seguirá una medida similar que afectará a los productos petrolíferos rusos y que entrará en vigor el 5 de febrero, aunque aún no se ha determinado el nivel de esa limitación.
(Con información de El Economista)