Unas cuatro mil mujeres se manifestaron en Tuxtla Gutiérrez este 8 de marzo, para exigir al Estado Mexicano un alto a la violencia, y exigiendo resultado puesto que pese a que en el 2016 la Secretaría de Gobernación emitió la declaratoria de alerta por violencia de género hacia las mujeres, las agresiones siguen.
La representante de la red de familias víctimas de feminicidio, Selene Domínguez, dijo que no hay justicia por parte de la Fiscalía General del Estado, ni por el Poder Judicial del Estado, los ministerios públicos, jueves y magistrados actúan de manera injusta en contra de las víctimas.
Los ministerios públicos de la Fiscalía General del Estado no tienen preparación, por ello, suman más de seis mil carpetas de investigación en rezago, en ese sentido, las mujeres son doblemente víctimas porque no se les atiende y esto genera más criminalidad y empoderan a los agresores.
Del 2016 al 2022 suman más de mil 300 muertes violentas, tan solo en el 2022 se registraron en Chiapas 172 muertes violentas de mujeres, de este universo, 59 son feminicidios, 37 son tentativas de feminicidios, se reportaron 153 personas desaparecidas, pero también 9 homicidios dolosos, 47 homicidios culposos, 16 suicidios, 28 casos fortuitos y 11 por fuerza mayor.
En el 2021 hubo 203 muertes violentas, del total, 65 casos son feminicidios, 81 casos tentativa de feminicidios, 187 personas desaparecidas, 17 homicidios dolosos, 47 homicidios culposos, 22 suicidios, 38 casos fortuitos y 14 casos de fuerza mayor.
De nada y servido en Chiapas la declaratoria de alerta por violencia de género emitida en el año 2016, porque desde ese año al 2022 se reportan mil 302 muertes violentas de mujeres, expone la representante del colectivo Mi Útero Feliz, Patricia Sánchez.
Expone que el Estado Mexicano si bien reconoció la violencia en los municipios de Comitán de Domínguez, Chiapa de Corzo, San Cristóbal de las Casas, Tapachula, Tonalá, Tuxtla Gutiérrez y Villaflores, ha fallado la atención, la prevención, la investigación, la sanción y las penalidades en contra de los agresores.
Se extendieron las acciones específicas de prevención de la violencia para los municipios de Aldama, Amatenango del Valle, Chalchihuitán, Chamula, Chanal, Chenalhó, Huixtán, Larráinzar, Mitontic, Oxchuc, Pantelhó, San Cristóbal de Las Casas, san Juan Cancuc, Santiago El Pinar, Tenejapa, Teopisca y Zinacantán, pero ahora la violencia no ha parado.
Sostiene que el sistema de procuración y administración de justicia revictimiza a las mujeres, los familiares no han tenido acceso a la justicia, las leyes se ven preciosas pero no hay resultados favorables para las víctimas, ni para la prevención, sobre todo, para que la denuncia y reparación de daño sea una realidad.
En la plaza central seguían los gritos de las manifestantes, «no estamos todas, no estamos todas», en tanto a los familiares de las víctimas de la violencia reiteraron una y otra vez, «no están solas, no están solas», violadores a la licuadora, violadores a la licuadora», jueces y fiscales también son criminales, jueces y fiscales también son criminales».
Antes de llegar a la plaza central de Tuxtla Gutiérrez por la calle central mujeres que se cubrían el rostro golpearon las cortinas de algunos negocios, así como los muros de madera que colocaron empresas, entre ellas instituciones bancarias.
Poco a poco comenzaron a salir de contingente de la plaza central de la capital de Chiapas muchas jóvenes, algunas con maletas en el hombro, con pañuelo en la cabeza, con gorra, sombrero, con sus pancartas en la mano, con botellas de agua, con chicharrines, palomitas, vasos de agua, raspado, otras descansaban en el piso tras caminar varios kilómetros desde la Fiscalía General del Estado.
(Con información de El Heraldo de Chiapas)