Todo comenzó después de la muerte de un venado en el zoológico de Chilpancingo, en Guerrero. El 14 de enero, Maximino Organista, un vecino del fraccionamiento Jardines Zinnia publicó en su perfil de Facebook que había encontrado un venado herido cerca de su casa. Unos perros habían mordido al animal y le habían dejado herido de una pata. El hombre resguardó al venado en casa y llamó a las autoridades que lo llevaron al zoológico Zoochilpan para que fuera atendido. El animal acabó muriendo días después y varias asociaciones animalistas denunciaron el lugar por maltrato. Lo que parecía un caso aislado, sin embargo, ha destapado todo un entramado de corrupción del director donde los animales eran vendidos, intercambiados de manera ilegal y sacrificados para el consumo humano.
Las autoridades medioambientales han hecho público que cuatro cabras pigmeas, de las 10 que existen en el parque, fueron sacrificadas y cocinadas en las propias instalaciones del zoo para la cena de Año Nuevo por órdenes del director, José Rubén Nava Noriega, que llevaba pocos meses en el cargo. El director ha sido apartado de su cargo y enfrenta cargos por tráfico de especies y maltrato animal, además de delitos contra la salud. “Con este hecho se pone en riesgo la salud de los consumidores porque no eran animales aptos para el consumo humano”, ha señalado el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guerrero (Semaren), Ángel Almazán Juárez.
El secretario de Medio Ambiente ha señalado que entre las irregularidades detectadas está el intercambio de otras especies y la presentación de facturas apócrifas de una empresa familiar de Nava para justificar las transferencias de dinero. El director negoció entregar cuatro toros watusis a un particular en el Estado de México a cambio de herramientas e insumos, sin embargo, Almazán asegura que en las instalaciones no se han encontrado ni los materiales ni las herramientas que aparecen en el documento de la transacción, firmado el 8 de diciembre. Entre las irregularidades también está el intercambio de una cebra, de un valor de unos 80.000 pesos, a otra persona en Querétaro a cambio de tres ciervos rojos, de 15.000 pesos cada uno. Las autoridades señalan que la dirección Zoochilpan no avisó a la Semaren ni a la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) ni a la Procuraduría de Protección del Ambiente (Profepa) de dichos intercambios, de acuerdo a lo que dictan los protocolos de preservación animal para los zoológicos en todo el país. Actualmente el zoológico tiene 520 ejemplares de 89 especies diferentes.
Almazán Juárez también señaló que durante la época de Nava Noriega al frente de Zoochilpan hubo varios nacimientos que no fueron registrados y fallecimientos falsos. Hasta el momento se desconoce el paradero de al menos 14 especies entre las que se encuentra un jaguarundi ―un felino de tamaño pequeño―, un coyote, 10 reptiles, una cría de guacamaya y un halcón de cola roja. Sobre el venado rescatado a mediados de enero y llevado al zoológico, las autoridades informaron de que no fue atendido “de forma adecuada” y acabó muriendo. “Se le suturó la pata sin anestesia y se le cortó la cornamenta”, han señalado en la conferencia. El escándalo el zoológico de Chilpancingo pone de manifiesto el control deficiente que las autoridades federales y estatales tienen de este tipo de recintos privados, repartidos por todo el país.
(Con información de El País)