Este fin de semana ha sido atípico para los habitantes del Valle de México. La Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) activó la contingencia ambiental por los altos niveles de ozono registrados en las estaciones de monitoreo atmosférico de la capital, por lo que pidió a los habitantes limitar sus actividades físicas al aire libre y sobre todo, restringió la circulación de los automóviles durante el lunes. Horas después, durante la tarde, las autoridades han levantado las restricciones y han suspendido la contingencia.
La medida no cayó bien entre los propietarios de vehículos de Ciudad de México, quienes incluso relacionaron esta prohibición con la marcha en contra de la reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador. Aunque no se trata de una medida de carácter político, sí resulta inusual que se registre una contingencia por concentración de ozono en el Valle de México en el mes de noviembre.
De acuerdo con el registro de la Dirección General de Monitoreo Atmosférico de Ciudad de México y de la Comisión Ambiental de la Megalópolis, más del 75% de las contingencias ambientales por ozono se registran en la llamada temporada de ozono que abarca del 15 de febrero al 15 de junio, cuando se registran mayores temperaturas y una menor dispersión de contaminantes por la escasez de viento típica de la temporada. En este periodo de 2022, se registraron cinco contingencias, cuatro que duraron un día y una de dos días.
En los meses restantes, las lluvias y la baja de temperaturas hacen que el ozono se disperse de la cuenca del Valle de México. “Las condiciones meteorológicas han favorecido que haya acumulación de contaminantes que combinadas con cuestiones de química atmosférica, llevó a la activación de la contingencia”, explica en entrevista Ricardo Torres Cardona, responsable del grupo de Fisicoquímica Atmosférica del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.
El especialista indica que los sistemas de alta presión que cubren prácticamente todo el centro del país, aunado a las temperaturas por arriba de los 25 grados centígrados después del mediodía, son los responsables de que no haya una dispersión del ozono, una condición que se puede presentar en cualquier época del año. “Aunque no lo podemos confirmar, se puede ligar a los efectos del cambio climático, haciendo que el Valle de México quede cubierto por una especie de tapón”, dice Torres Cardona
Aunque las medidas decretadas por la CAMe incluyen la suspensión de la circulación a una quinta parte de los autos particulares, según Torres, la mayor movilidad de los autos no es una condicionante para este tipo de contingencia, a diferencia de las que se registran con otras partículas contaminantes. “El ozono nadie lo emite, se forma por muchas reacciones químicas, no hay una relación directa y puede ser un día cualquiera como sucedió en la pandemia que teníamos una circulación mínima de carros y de todas maneras teníamos mucho ozono”, precisa el investigador.
En el Valle de México, diariamente circulan 5,8 millones de automóviles particulares, los cuales tienen que aprobar una verificación vehicular para poder recorrer las calles de la capital, dependiendo del holograma: doble cero y cero permiten a los vehículos salir a diario, mientras que los hologramas uno y dos dejan de circular uno o dos días a la semana. Cuando se decreta contingencia ambiental, todos los autos con una terminación de placa dejan de circular, sin importar si sean nuevos o viejos, a excepción de los autos eléctricos e híbridos, que tienen la vía libre.
“Dependemos mucho más de la cuestión meteorológica que de la química atmosférica”, señala Torres Cardona. “Si estuviéramos en un lugar bien ventilado y que no tuviéramos montañas alrededor, reducir la circulación podría ayudar, pero el problema está en que dependemos mucho de no tener ese tapón arriba producido por los sistemas de alta presión”, concluye.
En ese sentido, el aumento generalizado de las temperaturas a nivel global pueden estar afectando el desarrollo de contingencias en el centro de México, aunque aún no se ha demostrado su relación directa. “A pesar de que todavía no existe la contundencia para decir que es culpa del cambio climático, este tipo de anomalías meteorológicas se están dando ya en muchas partes del mundo”, dice el investigador atmosférico. “Si antes teníamos ozono en marzo, abril y mayo, con esto se abre la puerta a que aún en diciembre, noviembre y diciembre, que son en teoría meses fríos, se presenten contingencias”, finaliza.
Los parámetros para medir la calidad del aire en los municipios del Valle de México han cambiado con los años. En 2017, los valores de medición para declarar una contingencia pasaron de los 250 puntos en el Imeca (Índice metropolitano de la calidad del aire) a 160 puntos. En 2019 se volvió a cambiar la medición y se estableció decretar contingencias a partir de los 150 puntos.
Las autoridades recomiendan estos días a la población no exponerse ni hacer ejercicio en exteriores, especialmente entre las 13.00 y 19.00 horas, aunque también se recomienda el uso de mascarillas para evitar la aspiración constante de contaminantes.
(Con información de El País)