La precariedad en la infraestructura educativa sigue marcando el día a día de 48 escuelas en la frontera sur de Chiapas, donde las aulas improvisadas con lonas y techos que no protegen de la lluvia son parte del panorama cotidiano. Javier Ovilla Estrada, presidente del comité de padres de familia de la región, exige un diálogo urgente con las nuevas autoridades educativas para retomar los proyectos de mejora que quedaron pendientes desde 2017.
“Las autoridades anteriores lograron atender la mitad de las 96 escuelas con carencias, pero aún queda una cantidad igual. Necesitamos que se retomen los trabajos para garantizar a nuestros hijos espacios dignos donde puedan aprender”, señaló Ovilla Estrada.
Entre las instituciones más afectadas se encuentran la escuela La Vasconcelos, en El Dorado Nuevo, y otra en la comunidad Vida Mejor, donde los padres de familia han tenido que improvisar aulas con lonas debido a la falta de recursos. Según Ovilla Estrada, en algunos casos, las condiciones son tan precarias que durante la temporada de lluvias entra más agua a los salones que la que cae fuera de ellos.
“Esto no es solo una cuestión de infraestructura, es un tema de dignidad y respeto hacia nuestros niños. No podemos permitir que sigan estudiando en estas condiciones”, denunció.
El comité de padres de familia asegura estar listo para dialogar con las autoridades educativas entrantes, pero advierte que, de no obtener respuesta, no tendrán otra opción que recurrir a medidas más drásticas, como bloqueos en la frontera con Guatemala.
Esta táctica ya ha sido utilizada en el pasado, como ocurrió en recientes protestas contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE), debido al deficiente servicio en la región. “Nos movilizamos porque es la única manera en que las autoridades nos escuchan”, afirmó.
Ovilla Estrada también criticó severamente al delegado de gobierno, Jorge Antonio Matalí Loranca, acusándolo de amenazar e intimidar a los ciudadanos en lugar de atender sus demandas. “No tengo miedo, aunque me metan a la cárcel. Estoy luchando por las necesidades del pueblo”, declaró con firmeza.
Este movimiento, que nació en 2017 como respuesta al abandono gubernamental, sigue activo y determinado a mejorar las condiciones educativas de la frontera sur de Chiapas. Los padres de familia esperan que las nuevas autoridades sean receptivas y prioricen la atención a estas escuelas olvidadas, evitando así medidas de presión que afectan a toda la comunidad.
“El futuro de nuestros hijos no puede seguir esperando. Es hora de que las autoridades cumplan con su responsabilidad y garanticen una educación digna para todos”, concluyó Ovilla Estrada.
(Con información de AquiNoticias)